Solo en Dios vivimos, nos movemos y existimo.
Esta mañana al despertar, como de costumbre, le di gracias a Dios por la vida y su presencia en mi corazón; y entre mis oraciones pude realizar la siguiente meditación:

Que hermosa realidad, vivimos porque Dios nos ha creado y regalado la vida, permanecemos en la vida porque El nos sostiene con su amorosa mano. De esta manera todos hemos de tener la convicción de que Dios está con nosotros como ese Padre que nos guía y ayuda en todo momento.

De verdad, Él es amoroso y misericordioso. Él no deja de escucharnos y de acompañarnos, especialmente en los momentos más difíciles de nuestro terreno peregrinar. Tampoco deja de hablarnos y educarnos especialmente a través de su propio Hijo, a quién Él nos ha enviado para nuestra reconciliación, y que día a día no deja derramar en nuestros corazones la gracia de su Espíritu.

¡Así pues, nada de lo que somos o hagamos está desvinculado de Dios. Su gran amor y sus gracias nos sostienen. ¡Es esta la gran realidad de la que todos hemos de tomar conciencia diariamente...!

Cuando de verdad tomemos conciencia de esta gran realidad muchos serán los hombres y mujeres en el mundo que harán de su vida una acción y un apostolado al servicio de la Obra de Dios.
Si una fe y una oración continúa para dar gloria a Dios.

Preguntémonos hoy: ¿Ante esta perspectiva, estamos dedicando nuestro tiempo o trabajo a algo que exige mucha concentración y que poco a poco me aparta de Dios- Padre?, ¿Cómo puedo mantener en forma permanente mi conciencia en la presencia de Dios? ¿Cómo puedo mantenerme alabando a Dios?

La respuesta es sencilla y está en nuestros corazones. Si afianzamos nuestra fe y si nos mantenemos en constante comunicación con El, tendremos una continua presencia de Dios en nuestras vidas. Por ello hoy los exhorto a que seamos cada día más Contemplativos en todas las acciones de nuestras vidas.

SEÑOR, AYUDANOS A RECONOCERTE EN TODO LUGAR Y A NO PERDERTE EN MEDIO DE NUESTRAS ACTIVIDADES DIARIAS.