
Tengamos la certeza de que Dios no nos abandona, ni nos deja sin las fuerzas necesarias para seguir luchando y alcanzar nuestros objetivos de ser verdaderamente felices.
No perdamos el animo ni dejemos que nada ni nadie nos impida esas firmes decisiones que hemos tomado para ser felices y más que triunfadores.
Miren, no podemos saber para donde vamos a ir sin que antes no sepamos donde estamos. Y es eso, una gran realidad.
Pero… para muchos esa razón les suena inverosímil porque siempre actúan sin pensar, a la loca y ni siquiera tienen en cuenta su presente. Al final del ejercicio, sienten un gran golpe en su vida cuando al creer haber logrado y culminados sus “sueños”, se ven frustrados y desbaratados porque todo les salió inverso o como ellos no lo querían.
Cuando actuamos concientes de cual es nuestra situación actual, es decir donde estamos parados, nos hace concientes de lo que somos y de lo que tenemos, de las posibilidades e incapacidades, de las fortalezas y debilidades. Por ello, antes de actuar es necesario que hagamos un inventario de lo que tenemos o contamos para emprender el camino teniendo los pies sobre la tierra.
Es necesario que antes de arrancar, sepamos a ciencia cierta, esculcándonos muy internamente, preguntemos de manera sincera lo que hemos hecho hasta hoy para estar como ahora nos encontramos. Miren, responder a esta pregunta es muy importante, porque nos ayuda a entender el que y donde tenemos que cambiar.
Pidámosle al Espíritu Santo para que nos ilumine y llene de sabiduría para poder proponernos unas metas acertadas que nos acerque a ese ideal que queremos, que con sus gracias y acciones logremos encontrar la oportunidad de cambiar nuestras vidas y enderezar nuestros caminos y con su iluminación fijarnos unas metas realizables concientes de la importancia de nuestro propio crecimiento espiritual que nos una más a Dios.
Hoy Dios nos regala esa nueva oportunidad para que tomemos con firmes decisiones, la necesidad de cambiar y enrumbar nuestra barca; para llenarnos de alegría y de gozo porque hemos percibido que a través de nuestra conciencia, lo hemos encontrado como el Maestro y guía.
SEÑOR, AYUDANOS A PRECISAR NUESTRAS METAS Y TENER ESOS CAMBIOS DE VIDA PARA LOGRARLAS.