miércoles, febrero 11, 2009
NECESITAMOS RECUPERAR LAS CONDICIONES DE VIDA PARA PONERLAS AL SERVICIO DE LOS DEMÁS

¿Cuantos de nosotros nos hemos quedado estáticos contemplando o esperando que Dios nos saque de nuestras dificultades y enfermedades? Y es que en ellas nos hemos sumergido tanto, que ya no somos capaces de ver a Dios. Necesitamos recuperar las condiciones de vida que creemos perdidas y agotadas para poder así, ponerlas al servicio de los demás.

Jesús hoy nos extiende su mano sanadora y como medico maravilloso nos regala su amor misericordioso para hacernos libres y distantes de toda esclavitud. Solo nos pide una cosa, que asumamos de manera decisiva una nueva vida llena de gran serenidad y confianza en Él, para así, sin temor alguno, alabar y servir a Dios con todo nuestro corazón.

Hoy es fundamental dejarnos moldear por Dios, nuestro alfarero; aceptándole de manera definitiva y pidiéndole que sobre nuestra arcilla, sople la fuerza de su amor y de su poder para recobrar la vida. Es dejar que su aire nos llene cada vez más los pulmones hasta que su Espíritu sea nuestro espíritu y nos haga vivir de manera nueva.

Quien recupera sus condiciones de vida se fija en Dios y lo pone como centro en su vida, así, su fuerza la transforma, le irradia alegría y se siente libre y es feliz.

Ser libres es recuperar el protagonismo entre los demás, es aprender a gobernarse a si mismo para lograr la felicidad, es decir, ser como Dios lo quiere, autentico y realizado. En otras palabras, es independizarse de todo aquello que nos daña el corazón.

Recuperar las condiciones de vida es estar con Dios, es tenerlo siempre como el ideal de todo. Es reconocernos sus hijos y a Él como nuestro Padre, por tanto, todos los hombres en el mundo sin excepción seremos hermanos miembros de una misma familia.
¿Y saben que? Es esa la identidad que Dios nos ha puesto como misión trabajar: lograr que todos los hombres sin distingo de raza, religión y clase social nos consideremos miembros de una gran familia y que trabajan unidos con amor, justicia, solidaridad y en paz.

La acción de Dios en nosotros es una buena noticia para todos, por ello, hoy es necesario que cada uno de nosotros pregonemos entre amigos y la vecindad lo que sucede si encontramos a Jesús. Así mismo le ocurrió a Zaqueo, Leví, a la Samaritana, al leproso ý muchos más que dejaron actuar a Jesús en sus corazones. Y no solo se llenaron de alegría sino que contagiaron a los demás con sus ganas de vivir. Es hora de actuar.

SEÑOR, QUEREMOS LIGAR NUESTROS CORAZONES A TI Y HACERTE CENTRO EN NUESTRAS VIDAS.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:39 a.m. | Permalink |


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