Tenemos que ser conscientes de que todo en la vida no es fácil siempre en su diario transcurrir se presentan momentos donde los acontecimientos presentes nos hacen estremecer y dudar; pero es allí, donde ha de prevalecer nuestros esfuerzos, tenacidad y disciplina para no dejarnos vencer fácilmente ni permitir que alguna situación nos haga perder las ganas y las fuerzas para continuar y seguir adelante.

Todo es posible si tenemos confianza absoluta en Dios, Él, siempre está confortando con gracias y fuerzas la vida para que no echemos marcha atrás a esas decisiones importantes que hemos tomado: ¡Tenerlo a Él para ser felices!

Recordemos que las decisiones hacen brotar el ánimo. Se que no es fácil mantenernos tranquilos y serenos en medio de las dificultades que a diario vivimos, pero no podemos nunca desistir, para ello es necesario estar en atención permanente y pidiéndole a Dios constancia y perseverancia a nuestros propósitos y esperanzas mediante la oración.

Es importante que cuando se nos presenten las dificultades, aferrados a Él le confiemos y le coloquemos todo en sus manos.
Nunca olvidemos que no podemos declinar a nuestros proyectos de triunfo y de victoria; tengamos la valentía de auto motivarnos constantemente, eso sí, ello es una tarea nuestra y muy personal. Recordemos que nos hemos empeñado en seguir el camino que nos señala Jesús y que con Él, a su lado, lo realizaremos con nuestras decisiones.

Es bueno que hoy nos propongamos a revisar nuestra vida y todos nuestros proyectos y propósitos. Sería importante que nos sentáramos un momento y nos pongamos en las manos de Jesús Libertador. Oremos para que nos llene de gracias y fortalezas a fin de analizar sin tapujos nuestras realidades, para que descubramos en Él el poder sanador y vayamos curando esas viejas heridas que nos hemos causado dentro del corazón por algunos resentimientos, egoísmos y esas ínfulas que nos hemos querido dar.

Revisemos con acierto nuestras capacidades, cualidades y potencialidades, fijémonos en toda esa gente buena que hay a nuestro alrededor las que nos pueden ayudar. Mantengámonos en pie de lucha y no dejemos a un lado los esfuerzos que hemos iniciado. Esa es nuestra responsabilidad. Recordemos que si cedemos, los problemas se acrecentarán y fracasaremos. Confiemos absolutamente en Dios.

SEÑOR, LLENANOS DE BENDICIONES Y FUERZAS PARA NO DEJARNOS ACOBARDAR. QUEREMOS SER MÁS QUE TRIUNFADORES.