martes, febrero 03, 2009
SER COHERENTES: OBJETIVO MORAL EN LA VIDA

Como es de común escuchar a diario en todos los medios en que nos movemos frases como estas: “Ese señor tiene una doble moral”, “como es posible que este nos corrija si ni siquiera tiene autoridad moral para decirlo”, “fulano predica pero no aplica”, en fin, un sin número de señalamientos que utilizamos para calificar a muchas personas, entre los cuales se encuentran nuestros familiares, amigos y conocidos.

¿Será que estamos perdiendo el liderazgo entre los nuestros? De verdad, hoy somos nosotros los primeros en violar las normas y leyes que promulgamos y con actuaciones que dejan mucho que desear estamos dejando a la deriva a muchos que nos observan y que desean seguirnos e imitarnos.

Somos nosotros mismos los causantes primarios de esta situación, criticamos actuaciones y juzgamos severamente a los demás sin mirarnos nosotros mismos. No nos da vergüenza. Pero es allí donde radica la doble moral.

Ser coherentes es lo que tenemos que buscar como objetivo moral en nuestras vidas; Y es eso lo que quiere Cristo de nosotros: Hacer que nuestro ser y nuestro proceder coincida con todas nuestras acciones.

Es real ver hoy en muchos países, pueblos y ciudades en el mundo como la vida política se ha ido corrompiendo dejándonos sin la posibilidad de creer en ella. Y es que fácil comprobar en muchos políticos su doble moral, algunos enuncian una moral para lo público y otra para lo privado, defienden el valor de la familia y vemos que son ellos los primeros infieles y adúlteros. No muestran amor ni cariño con la sociedad que los eligió pero vemos que con sus hijos son atentos y cariñosos; predican la paz, la justicia y la solidaridad y son los primeros en violar los derechos de los demás, roban y se enriquecen por cuenta de ellos.

Tenemos hoy un reto muy grande en el mundo, el medio en que vivimos y en la sociedad donde nos realizamos; a diario convivimos con personas que no son coherentes y que llevan una vida de apariencias. Como verdaderos cristianos y fieles seguidores de Jesús tenemos que esforzarnos por enseñar la moral del amor que Él nos enseñó y no la moral de los actos que el mundo predica.
El Evangelio de la mujer adultera que desesperada por la amenaza de ser apedreada, se acerco a Jesús al ser perseguida por la multitud es el pilar para la enseñanza de la vida coherente; A ella, fácilmente la hubiesen condenado hasta verla pudrir en el infierno. Ahí Jesús cuestiona el proceder de muchos de nosotros.

Jesús no predicó la moral de las opciones fundamentales que no se detienen en una o en otra situación sino en la orientación y sentido de la vida toda. No es la moral de las condenas sino la moral del perdón y de las oportunidades, de la comunión. Aprendamos pues de Él y como verdaderos discípulos anunciemos al mundo la Buena Nueva del amor y la comprensión, es esta nuestra responsabilidad.

SEÑOR, ENSEÑANOS A APLICAR TUS PRINCIPIOS MORALES Y A SER COHERENTES CON NUESTRAS ACTITUDES.
 
posted by Laureano García Muentes at 6:13 p.m. | Permalink |


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