"El Señor es el Rey de la gloria"...Salmo 24.
REFÑEXION AL EVANGELIO DE HOY
Domingo 2 de Febrero del 2025
Hoy, 2 de febrero, la Iglesia celebra la Fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo, también conocida como la Purificación de María, ya que, según la tradición judía, María y José llevaron al niño Jesús al Templo de Jerusalén para presentarlo al Señor, siguiendo la ley de Moisés, después de los 40 días del nacimiento de Jesús. La festividad también está relacionada con la fiesta de Nuestra Señora de la Candelaria, que celebra la devoción a la Virgen María en su advocación de la Candelaria
El Evangelio de hoy tomado de , nos habla de este gran acontecimiento, así: "Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: "Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel". Lc 2, 22-30.Como lo leemos en el texto del Evangelio María y José llegan al Templo de Jerusalén para cumplir las exigencias de la Ley.
Simeón y la anciana Ana se hacen mensajeros de la presencia de Dios en medio del pueblo de Israel que lo esperaba.
Ana como una mujer comprometida e inspirada por el Espíritu Santo es figura destacada en este pasaje Evangélico, puesto que su carisma y piedad la vuelven una figura de los laicos comprometidos con su testimonio de vida la evangelización en sus ambientes.
Hermanos: Tengamos también nosotros el privilegio de recibir en nuestros corazones a Jesús, el Salvador y con fe, esperanza, paciencia y servicio impregnemos a muchos para que se atrevan a reconocer la Luz y la Gracia de Dios que se nos da en este mundo oscuro y desesperado. Que este relato del Evangelio de hoy sea una guía para nuestra vida como seguidores de Jesús.
Señor, danos un corazón
humilde y confiado, como el de Simeón y Ana, como el de María. Ellos no tenían nada y, precisamente por eso, se acercaban a Ti, ponían toda su confianza en Ti, observaban la ley, cumplían tu voluntad. Danos sabiduría y fuerza
para ser pobre y libre, purifica mi corazón de todo deseo que me aparte de Ti, para estar abierto del todo a la plenitud de tu Amor.