"El Señor Bendice a su pueblo con la paz"...Salmo 29
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Domingo 12 de Enero del 2025
Hoy la Iglesia conmemora el Bautismo de Jesús en el Rio Jordán por Juan Bautista y lo proclamó como El Cordero de Dios.
En el Evangelio de hoy tomado de Lc 3, 15-16. 21-22, Juan Bautista deshace las falsas esperanzas que tenía el pueblo judío, diciéndoles que no era el Mesías esperado sino el Precursor del que trae un Bautismo en el Espíritu y una presencia nueva de Dios.
Dice el texto del Evangelio que: " Todo el pueblo estaba a la expectativa y se preguntaban si Juan Bautista no sería el Mesías, él tomó la palabra y les dijo: "Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; Él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego”. Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre Él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección”. Lc 3, 15-16. 21-22.
El Evangelio de hoy nos recuerda la importancia del arrepentimiento y la transformación personal y nos invita a reconocer la necesidad de cambio y a prepararnos para la venida del Mesías. Este pasaje nos invita a reflexionar sobre nuestra propia vida, cuestionándonos si estamos dispuestos a arrepentirnos y permitir que Dios trabaje en nosotros, no solo en un momento determinado, sino continuamente.
La transformación viene de una relación con Cristo y la acción del Espíritu Santo en nuestras vidas. Esto nos enseña que nuestra vida cristiana no depende solo de esfuerzos humanos, sino del poder divino que nos capacita a vivir según la voluntad de Dios. Es una invitación a buscar una vida llena del Espíritu Santo, que nos fortalezca para vivir de manera auténtica como seguidores de Cristo.
Finalmente, el bautismo de Jesús en Lucas 3:21-22 subraya su humildad y su identificación con la humanidad, a pesar de no necesitarlo. Este acto nos muestra un ejemplo de obediencia y sumisión a la voluntad del Padre. Al igual que Jesús, somos llamados a vivir con humildad y a seguir el ejemplo de obediencia a Dios. Al mismo tiempo, el testimonio divino sobre Jesús, al ser declarado "Hijo amado", nos recuerda que nuestra identidad como hijos de Dios está segura en Cristo, y esa relación nos da la seguridad y el propósito para vivir con confianza y en obediencia a Él.
Que
esta fiesta del Bautismo del Señor nos ayude a redescubrir la gracia de nuestro
propio bautismo y que podamos, como Jesús, escuchar la voz del Padre que nos
dice: “Tú eres mi hijo amado”. Que esta certeza nos impulse a vivir como
verdaderos hijos de Dios, llevando su amor y su mensaje de liberación a todos
los que nos rodean.