lunes, diciembre 02, 2024

"Que alegría cuando me dijeron: "Vamos a la casa del Señor"...Salmo 122

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 2 de Diciembre del 2024

El Evangelio de hoy tomado de Mt 8, 5-11, nos enseña la Fe, la humildad y la prudencia como elementos fundamentales para confiar en el poder de Dios. 

El texto del Evangelio así nos relata: "Al entrar en Cafarnaúm, se le acercó un centurión y le rogó diciendo: "Señor, mi criado yace en casa paralítico con terribles sufrimientos". Le respondió Jesús: "Yo iré a curarle". Replicó el centurión: "Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano. Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: "Vete", y va; y a otro: "Ven", y viene; y a mi siervo: "Haz esto", y lo hace". Al oír esto Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: "Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande." Mt 5, 5-10.

Miremos algo muy importante: Jesús durante su recorrido no había hecho algo así porque siempre consideraba la voluntad de quienes le suplicaban. Vemos que Él le ofrece al centurión curar a su criado e ir hasta su casa. Y con ello, nos brinda una gran enseñanza: No se debe actuar con discriminación.  No se puede complacer a los grandes y despreciar a los más pequeños, sino complacer a todos por igual. 

Jesús nos exige Fe para actuar con fuerza y confianza; siempre de la mano del poder de la Palabra de Dios.

Hermanos,  la caridad no tiene limites; esta debe ser entregada por igual a todos los hombres sin importar raza, religión o clases sociales, si es rico o pobre, anciano o joven. El amor que profesemos es un amor desinteresado. Por lo tanto, nadie es mejor o superior que otro.

Preguntémonos: ¿Buscamos a Dios como la verdadera  solución a lo que nos sucede? ¿Somos capaces de rogarle e insistirle al Señor como lo hizo el Centurión?

Señor, nosotros tampoco somos dignos de que entres en nuestra casa, por eso hoy te suplicamos que con esta oración nos alistes y dispongas para tu venida. Queremos que encuentres nuestras almas vacía de apegos y de preocupaciones superficiales, que esté abierta a darte acogerte y a vivir conforme a tu voluntad. ¡Ven Señor, no tardes tanto. Ven y renueva nuestros corazones!

 
posted by Laureano García Muentes at 4:21 a.m. | Permalink |


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