viernes, noviembre 22, 2024

"Que dulce al paladar son tu promesa, Señor"...Salmo 119

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 22 de Noviembre del 2024

El Evangelio de hoy tomado de Lc 19, 45-48 nos narra La expulsión de los mercaderes del templo de Jerusalén como signo de purificación y denuncia a la corrupción del sistema religioso absorbido por la codicia, la ambición y el poder.

Dice el texto del Evangelio que: "Jesús al entrar al Templo, se puso a echar a los vendedores,  diciéndoles: "Está escrito: Mi casa será una casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones".  Lc 19, 45-46

Según la costumbre de esa época, en la fiesta de la Pascua el pueblo debía ofrecer a Dios un sacrificio. Los más ricos ofrecían un buey o una oveja, y los más pobres una paloma. Toda persona debía pagar conforme a la ley un sacrificio, de allí la presencia de los mercaderes y cambistas en el Templo, pues lo hacían para facilitar a los peregrinos la adquisición  de las materias a utilizar para sus sacrificios. 


Al llegar a la entrada del Templo vio aquel espectáculo: Habían convertido ese lugar en un mercado. Entonces, hizo un látigo de cuerdas y entró a echar a esos profanadores, diciéndoles: "¡Mi casa es casa de oración!" gesto con el cual Jesús, da valor al Templo como un lugar Santísimo de la morada de Dios. 

Hermanos, ¿Hoy también existirán motivos por los cuales Jesús se mostraría de igual manera con nosotros? Muchas serian las causas, como por ejemplo: Cuando faltamos a la verdad y a las injusticias con los más necesitados, cuando buscamos apropiarnos y favorecernos de los recursos destinados a ellos, también, cuando El ve que en nosotros hace falta el compromiso por la paz y la reconciliación. No olvidemos pues, que debemos hacer realidad nuestro llamado a la misión de Jesús para que el mundo cambie y se haga cada vez más misionero, fraterno y solidario.

Señor, así como purificaste el templo de Jerusalén, hoy te suplicamos que vengas a este encuentro en la oración para que nos muestres qué tenemos que expulsar de nuestras vidas todas las miserias del mundo que nos hacen apartarnos de ti para quedar purificado y reconciliados contigo y dignos de Ti.
 
posted by Laureano García Muentes at 8:57 a.m. | Permalink |


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