Miércoles 21 de Octubre del 2020

JESUS NOS PREVIENE FRENTE AL EXCESO DE CONFIANZA, YA QUE ELLA ES FRAGIL Y SE PUEDE ROMPER EN CUALQUIER MOMENTO.

 "Sacaréis agua con gozo de las fuentes del Salvador "..."Él es mi Dios y Salvador; confiaré y no temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, Él  fue mi salvación". Y sacareis aguas con gozo de las fuentes de la salvación "...Salmo 12.

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 12, 39-48, Jesús sigue exhortando a que estemos en vigilancia y sobre todo, se dirige a aquellos que tienen una responsabilidad en la familia, la comunidad o en la sociedad. 

Él lo dice: " ¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su personal, para que le reparta las raciones  de comida a su tiempo?. Dichoso aquel sirviente a quien su señor, al llegar, lo encuentre actuando así" Lc 12, 42-43.

En la realidad de la vida, muchos vivimos confiados sin mirar que la confianza es frágil y se puede romper en cualquier momento y por cualquier motivo. 

Hoy Jesús se refiere a ese exceso de confianza que muchas veces tenemos; y nos recuerda que hay que vivir preparados y vigilantes porque el ladrón de la vida puede sorprendernos a cualquier hora y en cualquier lugar

Cuando se rompe la confianza, se pierden los sentimientos, pareciera que la vida se derrumbará y los derechos y nuestra dignidad se va al piso. Y esto nadie lo puede predecir.

"A quien mucho se le dio mucho se le pedirá; a quien mucho se le confió mucho más se le exigirá" Lc 12, 48.

Una Fe solida nos permite descubrir que Dios deposita en nosotros toda su confianza por ello, nos da la total libertad para vivir y actuar siempre en pos de hacer presente su Amor. 

Se hace entonces importante que hoy nos preguntemos: ¿Somos libres o somos esclavos de las seguridades que ofrece el mundo?, ¿Somos Luz  y Sal en el mundo? ¿vivimos apagados, desalentados y sin importarnos lo que sucede a nuestro alrededor? Muchos son los hechos que se evidencian en nuestro diario vivir y que requieren de un serio análisis y de una seria conversión para revivir nuestro compromiso como hijos de Dios. 

No olvidemos que nuestra misión es estar al frente de la servidumbre para darle a su tiempo su ración Lc 12, 42.

Descubramos pues nuestro verdadero camino y oremos para que estemos a la altura  de la confianza que Dios deposita en nosotros y así, podamos hacerla extensiva a todos los que están a nuestro alrededor y que amamos. 

DAR A CONOCER AL SALVADOR DEL MUNDO EN TODOS LOS MOMENTOS DE NUESTRAS VIDAS. SEAMOS MULTIPLICADORES DE ESTAS ENSEÑANZAS QUE NOS BRINDAN LOS EVANGELIOS DIARIOS.