viernes, enero 17, 2020
REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY
Viernes 17 de Enero del 2020

"JESÚS DESEA QUE TODOS LE RECONOZCAMOS COMO EL HIJO DE DIOS, EL SALVADOR DEL MUNDO"

Espíritu Santo danos agudeza para entender, capacidad para retener, método y facultad para interpretar tu Palabra para poderla hablar con gracia y eficacia. Todo sea por el bien de la humanidad y para que todos te conozcan y te amen. 

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 2, 1-12, Jesús al ir recorriendo calles, pueblos y ciudades quiso demostrar al pueblo que Él era el Mesías esperado y quería que todos  los que le escuchaban creyeran que, Él era el Hijo de Dios, el Prometido y aquel que los profetas venían anunciando. 

Eran muchos los querían conocer y ver; por eso, en masa, acudían a Él porque en la región se corría la fama de sus obras de Misericordia y de sus acciones milagrosas.

Donde iba, le esperaban ansiosos, quizás a la espera de que les ayudara a calmar la situación que tenían frente a las necesidades básicas y las injusticias de los gobernantes.

Los Fariseos, Escribas y Letrados le veían como una amenaza para su gobierno,   porque al untarse del pueblo les iba despertando las mentes  y el corazón de esas parálisis que les mantenían oprimidos. 

El pueblo no podía caminar con libertad y con Justicia.

Hoy el Evangelio nos muestra la desesperación de cuatro(4) personas que llevan a un enfermo. (El pueblo).
Que hacen todo lo imposible  por alcanzar al Salvador y a la vez, demostrarle que han creído y están dispuestos a alcanzar la sanación. Se suben al techo de la casa donde estaba y quitando unas tejas, meten al enfermo y lo colocan frente a Jesús. 

Hoy, quizás estamos viviendo esas mismas situaciones y actitudes en muchos; luchan por lograr una justicia social para todos por igual. Los que sufren están enfermos y cansados de tanta injusticia y corrupciones de sus dirigentes y que con hacer a Dios centro en sus vidas, pueden purificar sus almas y lograr levantar la mirada y asumir decisiones concretas que le lleven a vivir una mejor calidad de vida y saber perdonar.

Solo Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, es el Único que sana las enfermedades; Él, cura los corazones enfermos y los pone en camino hacia la búsqueda sincera del Reino de Dios. El amor, la Fraternidad y el Compartir de los unos con los otros. 

Los Letrados hablaban y murmuraban entre sí y discutían en su interior: ¿Como puede este hablar así? ¡¡¡Blasfema!!! ¿ Quien puede perdonar pecados, sino Dios? Jesús conociendo sus corazones les dice: "¿Porque están pensando eso?, ¿Que es más fácil? ¿Decir al paralítico que se le perdonan los pecados o decirle cargue con su camilla y comience a caminar?. Para que sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados,  dice al paralítico: "Yo te mando, levántate, carga con tu camilla y vete a casa" Mc 2, 6-11.

No nos desanimemos y creamos en Jesús, Él Hijo de Dios. Solo Él es capaz de curar las enfermedades de nuestro cuerpo y esas que llevamos incrustadas en nuestro corazón. Tengamos Fe y Confianza absoluta en Él. 

Ese es el Reto de quienes estamos siguiendo al Salvador: Llevar a muchos el amor y la salvación.

Les invito a que multipliquemos la invitación a leer estos mensajes de Reflexión de la Palabra diaria entre tus familiares y amistades. Todo para la Gloria de Dios Padre.



 
posted by Laureano García Muentes at 5:59 a.m. | Permalink |


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