martes, febrero 19, 2013
ESTAMOS INVITADOS A SER PROTAGONISTAS DEL AMOR DE DIOS EN EL MUNDO
“El Año de la Fe, que la Iglesia celebra en estos momentos, nos invita a una auténtica conversión a nuestro Señor Jesucristo, único Salvador del mundo. Acogiendo por medio de la fe la revelación del amor salvífico de Dios en nuestras vidas”.

S.S. Benedicto XXVI

Nuestra vida esta llamada a moldearse a cada instante en las manos de Dios, tomando como fuente de transformación la resurrección de Cristo.
El escenario propicio para que podamos ir descubriendo y profundizando nuestro crecimiento como verdaderos cristianos es viviendo y perfeccionando con constancia la fe, porque ella nos afianza la vida y nos orienta hacia la acción de transformación a la que hemos sido llamados y que soñamos en Cristo-Jesús.
En la carta apostólica Porta Fidei el Papa S.S. Benedicto XVI nos exhorta a vivir intensamente la caridad siendo misericordioso con todos aquellos que nos rodean y con más intensidad entre aquellos que hoy viven desplazados y olvidados de la humanidad.
El allí nos dice: “La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad sin fe seria un sentimiento constantemente a merced de la duda. La fe y el amor se necesitan mutuamente, de modo que una permite a la otra seguir su camino”.
No confundamos así las cosas cuando asistimos a comunidades que viven la pobreza, el abandono y el desplazamiento forzado; La ayuda material que a ellos llevamos, que entre otras cosas es para ellos tan necesaria, no es del todo el símbolo de la caridad que queremos manifestarles; esas ayudas deben ir acompañadas de nuestra alegría de compartir con ellos una entrega incondicional y el acompañamiento sincero sin fanatismos, en donde se muestre a través de nuestro servicio el amor de Dios por los hombres y el permanente anuncio de la buena nueva que contemplan los Evangelios.
Vivir así este testimonio de la caridad, transforma el corazón y la mirada del hombre hacia el encuentro con Dios.
Pidámosle a nuestro Dios en este tiempo de Cuaresma que nuestro servicio a su obra de Salvación se vaya realizando de manera generosa entre nuestros hermanos más necesitados y que les permita a ellos progresar cada día en el caminar hacia el encuentro con Cristo, quien nos espera y cesa de esperarnos y de salir a nuestro encuentro.  
 
SEÑOR, PERMITE QUE NUESTRO PEREGRINAJE SE FORTIFIQUE Y QUE NUESTROS CORAZONES SE REAVIVEN CON TU GRACIA PARA ASI, CRECER EN EL DESEO DE TESTIMONIARTE DONDE NOS ENCONTREMOS.
 
posted by Laureano García Muentes at 6:03 a.m. | Permalink |


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