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“El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está
cerca; convertíos y creed en la Buena
Nueva”
Marcos 1,
14-20
Jesús nos abre las puertas hoy para creer firmemente que el Reino de Dios
está presente entre nosotros, que nos acompaña en todos nuestros pasos,
permanece renovándose y se expande en el mundo en todas sus expresiones.
Cuando Jesús inicio su vida pública, nos exhortaba a todos los hombres a
creer, a tener fe y confianza haciendo vida cada día el evangelio de Dios. El,
manifestaba: “El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva”
Sus palabras están llenas de gracias y de grandes esperanzas para los
hombres de todos los tiempos, nos empuja a que todos nos entreguemos con
fidelidad a seguir sus pasos compartiendo su estilo de vida, aprendiendo de Él
su amor verdadero, a cumplir la voluntad del Padre-Dios, permaneciendo siempre en
su única gran ley para nuestra vida.
El hoy nos recuerda que a pesar de las grandes dificultades que
enfrentamos y de todas las fatigas, cansancios y caídas que tengamos; aun
cuando estamos siendo tentados a abandonar el camino del seguimiento a Jesús, a
cerrándonos en nuestros egoísmos y a nuestros afanes por no desprendernos de
las cosas que nos amarran y no nos dejan en libertad para actuar; el amor de
Dios grande y misericordioso, representado en Cristo Jesús, nos abre los caminos
y nos impulsa a vivir con fe la justicia y la fidelidad a su amor.
Quiero hoy invitarles a que juntos proclamemos con fe el cántico que escribió
San Pablo 1 Cor, 13,1-8, para todos aquellos hombres como hoy que buscamos
afanosamente los dones del Espíritu Santo. Los que hoy ansiamos el don de lenguas,
el don de la profecía, del conocimiento y de la fe. Pero que por estar concentrados
en estos afanes, nos vamos olvidando que el camino por excelencia para
encontrarnos con Dios, es el amor.
Y que dice así: “Si yo hablo en lenguas de hombres y de ángeles, pero no
tengo amor, no soy más que un tambor que resuena o un platillo que hace ruido.
Si yo doy mensajes recibidos de Dios y conozco todas las cosas secretas, tengo
toda clase de conocimientos y tengo toda la fe necesaria para cambiar los
cerros de lugar, pero no tengo amor, de nada me sirve. El que tiene amor tiene
paciencia, es bondadoso, no es presumido, ni orgullosos, no es grosero, ni egoísta…no
se alegra del pecado de los otros sino de la verdad. Todo lo soporta con
confianza, todo lo espera con paciencia. El amor nunca muere”
Reflexionemos pues esta Palabra de Dios y llenos de la luz que nos regala
el Espíritu Santo discernamos como esta nuestra fe. Y veamos si ella, refleja
de verdad nuestra decisión tomada de seguir a Cristo- Jesús, siendo coherentes
y propagadores de su Reino en todos los lugares donde nos encontramos.
Pidámosle al Señor que nos ayude a vivir y reflejar su estilo de vida sin
ser egoístas e indiferentes a las realidades que viven nuestros hermanos
necesitados que necesitan cada vez más de nosotros.
SEÑOR, HOY ESTAMOS
NECESITADOS DE TI, AYUDANOS A SER PROPAGADORES EN EL MUNDO DE LA FE Y LA
ESPERANZA QUE NOS OFRECES.