"Dichosos los que temen al Señor"...Salmo 128.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Jueves 13 de Febrero del 2025
Hoy el Evangelio tomado de Mc 7, 24-31 nos presenta el relato de La curación por parte de Jesús de la hija de una pagana.
Este hecho, así, nos lo narra el texto del Evangelio: "Jesús se puso en camino y se dirigió a la región de Tiro. Entró en una casa y no quiso que nadie lo supiera, pero no pudo permanecer oculto. En seguida una mujer cuya hija estaba poseída por un espíritu impuro, oyó hablar de Él y fue a postrarse a sus pies. Esta mujer, que era pagana y de origen sirofenicia, le pidió que expulsara de su hija al demonio. Él le respondió: “Deja que antes se sacien los hijos; no está bien tomar el pan de los hijos para tirárselo a los cachorros”. Pero ella le dijo: “Es verdad, Señor, pero los cachorros, debajo de la mesa, comen las migajas que dejan caer los hijos”. Entonces Él le respondió: “A causa de lo que has dicho, puedes irte: el demonio ha salido de tu hija”. Ella regresó a su casa y encontró a la niña acostada en la cama y liberada del demonio". Mc 7, 24-30.
La región de Tiro quedaba al norte de Galilea y su población era pagana. Jesús se dirigió a esta, con el propósito de descansar quizás, pero no lo logró, porque una mujer se le echó a sus pies para pedirle que sanará a su hija qué estaba poseída por un demonio.
Jesús le tuvo compasión y vio la necesidad que ella tenia intercambiado palabras con ella y es ahí que El le reconoce la grandeza de su Fe.
Miren hermanos, Jesús elogia la Fe de esa mujer pagana y la compara con tantas mujeres de Israel y de su pueblo Nazaret donde muchos lo criticaron y no crían en Él. Aquí Jesús muestra su gran corazón. Él ama a todos los hombres por igual sin condiciones sociales, de raza o políticas.
Preguntémonos: ¿Es mi fe parecida a la que tiene la mujer Cananea?, ¿Tengo plena confianza en los planes de Dios?
Señor, en este primer momento de la mañana venimos delante de Ti, para entregarte cada pensamiento, preocupación, carga que pesa en nuestro corazón; creemos que no somos dignos de tu misericordia, pero igual que esta mujer del evangelio de hoy, creemos que a pesar de nuestra pequeñez, te haces cargo de nuestras debilidades, flaquezas y necesidades. Espíritu Santo, muévete en cada miembro de nuestra familia, descendencia y todo el que se une a esta oración, quebranta lo que tenga que ser quebrantado, sana lo que tenga que ser sanado y alinea sus pensamientos con tu verdad y propósito. Ayúdanos a fijar nuestra mente en lo que es puro, noble y digno de alabanza; toma el control de nuestras vidas y haz tu obra transformadora en nosotros.