martes, febrero 11, 2025

"¡Señor, dueño nuestro, que admirable es tu nombre en toda la tierra!"...Salmo 8

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 11 de Febrero del 2025

Los fariseos vivían preocupados más por las prescripciones de la Ley que por el espíritu de la misma Ley; cumplían muy bien con las leyes, pues pensaban que de su modo de cumplirlas les venía la salvación.

Jesús fustiga esa piedad externa y legalista: Vosotros anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición, y les pone de manifiesto la hipocresía de la legalidad judía.  

Como lo leemos en el Evangelio de hoy tomado de Mc 7, 1-13, Jesús se enfrenta a los líderes religiosos de Jerusalén a quienes llama hipócritas porque usan como mascaras la legalidad y aparentaban a la gente que la cumplían a la perfección, pero por dentro, su corazón, estaba en otro lado.

Dice el texto del Evangelio que: "Se le acercaron a Jesús un grupo de fariseos con algunos letrados de Jerusalén. Y al ver que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir no lavadas, - es que los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a la tradición de los antiguos, y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas -. Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan: "¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?". Él les dijo: "Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí". Mc 7, 1-6.

Se establece entre los líderes religiosos (Letrados y Fariseos) un diálogo desafiante y a pesar de las tensiones, este nos ofrece una luz qué nos ayuda a clarificar nuestra Fe como también, la pureza de nuestros corazones para que la voluntad de Dios permanezca por siempre. 

Miren, Jesús critica la rigidez de los fariseos y letrados que se aferran a sus tradiciones y descuidan el mandato Divino y se olvidan de lo fundamental: La sinceridad de la Fe que impulsa a una práctica genuina del amor y el servicio por los demás, puesto que ello lleva a quienes las practican a realizar acciones verdaderas de compromiso en concordancia con los valores humanos. 

Hermanos, este Evangelio de hoy nos invita a mirarnos por dentro y a que nos preguntemos sobre la autenticidad de nuestra fe y la pureza de nuestros corazones; para así vivir lo que es esencial del mensaje de Jesús que invita a ser compasivos, sinceros y misericordiosos hacia todos. 

Señor, te pedimos perdón por nuestras impaciencias, por nuestros juicios temerarios sobre los otros, por las veces que no hemos sido compasivo con los demás, por el sufrimiento que haya podido provocar en los que nos rodean. Danos un corazón solicito, misericordioso, caritativo como el tuyo. Gracias por ayudarnos a confirmar que esto sólo lo podemos lograr si practicamos la justicia y la caridad, principalmente en nuestras propia familias.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:25 a.m. | Permalink |


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