miércoles, febrero 12, 2025

"Bendice alma mía, al Señor"...Salmo 104.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 12 de Febrero del 2025

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 7, 14-23, Jesús le recalca a todos los que le seguían que "Lo que contamina al hombre no viene de afuera, sino lo que sale de adentro, del corazón" y les pide cultivar pensamientos, palabras y acciones que reflejen la bondad, la compasión y el amor a uno mismo y a los demás, siendo sinceros y coherentes.

Dice el texto del Evangelio que: " Jesús llamó otra vez a la gente y les dijo: "Oídme todos y entended. Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Quien tenga oídos para oír, que oiga"... Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos, adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez. Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre" . Mc 7, 14-16, 20-23.

Hermanos: El Evangelio de hoy nos invita a revisarnos constantemente para asegurarnos que todas nuestras acciones provengan del deseo de servir y no de buscar reconocimiento y poder.

Hay que recordar siempre que la verdadera pureza y la santidad solo se alcanzan mediante la purificación de nuestros corazones y de nuestras intenciones; y no de rituales e intereses externos.

Jesús nos invita a adorar a Dios en espíritu y en verdad y no solo con la observancia externa de los ritos. Y nos dice, que nuestros corazones estén abiertos a Dios con afecto y entrega, generosidad y amor profundo. 

No olvidemos que todos sin excepción estamos llamados a la sanidad siendo perfectos como Él es perfecto. Recordemos siempre que la verdadera pureza y santidad se alcanzan no a través de rituales externos, sino mediante la purificación de nuestro corazón y nuestras intenciones. Vivir desde el corazón, con autenticidad y amor, es el camino hacia una vida plena y hacia la verdadera comunión con los demás y con Dios.

Señor, cámbianos el corazón de carne por uno que se parezca al tuyo para buscar así, el verdadero tesoro y convertirnos en personas luminosas y no, ser personas de las tinieblas. No nos dejes caer en la superficialidad.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:24 a.m. | Permalink |


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