"Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador"...Int 1S.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 22 de Diciembre del 2023

INTRODUCCION:

El “magníficat” es un canto que nace de un corazón agradecido con Dios, de un corazón atento a la voz y a la acción que se está realizando tanto en su persona como en la historia de la humanidad.  María se siente amada profundamente, de tal forma  está impregnada de Dios que la lleva a poder expresar la extraordinaria novedad en ese nuevo tiempo que comienza. Inspirada entona esta oración proclamando la obra de Dios en ella y  en el mundo. Gracias Madre por tu entrega. Dentro de dos días celebraremos la alegría del nacimiento de tu Hijo Jesús. A todos les deseo una Feliz y Santa Navidad y de manera especial para todos los niños que junto al Pesebre oran al niño Dios para que la " Paz” llegue en medio de las guerras y surja en medio de tantas tristezas el consuelo a los hombres, mujeres y niños que ya no esperan nada.

Así dijo María: "Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque el miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo! Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre.". María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa. Lc 1,46-56.

Este cántico de María es conocido como el "Magníficat" y muestra el júbilo que siente en lo más profundo de su alma al haberse realizado en ella el Misterio de la Encarnación.

Ella reconoce la gran bondad de Dios que miró a la humanidad de su esclava en cuanto a su condición social desapercibida y que será agraciada por todas las generaciones y la llamarán Feliz por esa dignidad a la que fue elevada.

María se ha colocado en la línea de los más pequeños, los necesitados y humildes que viven vacíos de si mismo pero llenos del amor de Dios.