martes, marzo 05, 2013
LA GRANDEZA DEL AMOR DE DIOS
Hoy por la mañana recibí en mi correo un mensaje esplendoroso en el cual me mostraba la grandeza del amor de Dios hacia los hombres y la forma tan sencilla como se manifiesta en nuestras vidas, de manera humilde y fehaciente.

En dicho mensaje se denota como muchos hombres de hoy caminan por el mundo sin percatarse de la presencia de Dios; y que a pesar de sus desaciertos y dificultades, Dios les brinda sus manos, les acompaña y les muestra, entre sus quehaceres diarios, signos para que le descubran  y perciban la grandeza de su amor.
Dicho mensaje se los transcribo a continuación: Se titula: “Una buena lección”
 Un muchacho salió cierto día de paseo con su profesor de matemáticas, a quien sus compañeros de colegio consideraban su amigo, debido a su bondad.
Mientras caminaban por el parque vieron en el camino un par de zapatos muy viejos y al mirar al alrededor del parque, notaron a un anciano que trabajaba en un campo que quedaba al lado derecho del parque; y supusieron, que pertenecían a él.
El alumno le dijo al profesor: “Profe, vamos hacerle una broma al señor. Vamos a esconderle los zapatos y nos ocultaremos detrás de esos matorrales a esperar que salga cuando termine su trabajo, para verle su cara cuando no los encuentre”. Y le recalco el alumno al profesor: “Nunca hemos tenido la oportunidad de divertirnos a expensa de un pobre”.
El alumno le dijo al profesor: “Profe, usted es rico y quizás pueda darle una alegría…porque no le colocas en sus zapatos una moneda y luego nos ocultaremos para verle cómo reacciona cuando las encuentre”.
Y…Así lo hicieron, ocultándose.
Al poco rato, el hombre termino su trabajo y cruzó al parque para vestirse y colocarse sus zapatos. Al ponerse su abrigo, el pie derecho se le deslizo en el zapato y al sentir que algo estaba dentro de él, se agacho y notó que había dentro una moneda.
Pasmado se pregunto que habría podido pasar, miro y miro la moneda, voltio su cabeza a todos lados y al notar que no había nadie, la guardo en su bolsillo.
Al ponerse el otro zapato, la sorpresa fue doble, encontró también dentro de él, otra moneda.
Sus ojos se nublaron con lágrimas, sus sentimientos se sobrecogieron y cayó de rodillas levantando la vista al cielo, pronunciando un ferviente agradecimiento en voz alta a Dios.
Sollozando, decía: “Gracias Señor, me has escuchado. Mi esposa ha estado enferma y me encontraba sin una sola ayuda; y qué decir de mis hijos, que no tienen que comer. Gracias a ti, hoy veo que ya no morirán de hambre y a mi esposa podré ayudar”. 
El estudiante al notar todo esto quedo profundamente afectado y sus ojos se le llenaron de lagrimas. El profesor le dijo: ¿“No estás mas complacido con este hecho? Aquel que pensaste hacerle a ese pobre señor con una broma, no era correcta”  
El joven le respondió: “Usted me ha enseñado una gran lección que jamás olvidare”. Gracias profesor.
Les invito a que reflexionemos este pasaje, pidiéndole al Espíritu Santo su iluminación:
¿Cuántos de nosotros no aparentamos y fingimos ser humildes e inclinamos la cabeza, buscamos el último lugar y hablamos de nuestros defectos…pero…por dentro nos creemos mucho?
Nunca cedemos y siempre queremos hacer nuestra propia voluntad. No aceptamos las críticas de nuestros amigos, ni tampoco la corrección de alguna persona mayor y con experiencia.
Aparentamos ser sencillos, pero en nuestro interior, siempre andamos sintiéndonos más que los demás.
Cuando actuamos así, estamos fingiendo ser humildes y sencillos de corazón como lo desea Jesús de nosotros, nos da pena cuando alguien que está a nuestro lado descubre nuestros defectos y entonces, nos sentimos desilusionados, abatidos y desalentados.
Cuando somos humildes, no rechazamos nuestras cualidades, las que Dios nos ha regalado. En nuestras manos está acrecentarlas y usarlas para el bien nuestro y de los demás.
No basta conformarse con lo que somos, sino que Dios nos pide que seamos multiplicadores de su amor, sus bondades y de su verdad; siendo justos y misericordiosos.
SEÑOR, QUE GRANDE Y MISERICORDIOSO ERES TU CON NOSOTROS. TU NOS ENSEÑAS A SER HUMILDES Y SENCILLOS DE CORAZÓN.
 
posted by Laureano García Muentes at 10:47 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>