lunes, marzo 03, 2025

"Alégrense, justos, y gocen en el Señor"...Salmo 32

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 3 de Marzo del 2025

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 10, 17-27, Jesús nos lanza un desafío: Dejar todas las cosas a las que nos apegamos para así, ganar el Reino de Dios". El nos invita a reflexionar sobre el desapego material y evaluar nuestras prioridades preguntándonos si realmente estamos viviendo conforme a sus enseñanzas. Miremos nuestra realidad: El mundo de hoy vive del éxito y la felicidad. Los hombres a menudo se miden por la cantidad de bienes materiales que poseen, pero Jesús hoy nos recuerda que la verdadera riqueza se encuentra en el amor y el servicio a los demás.

Dice el texto del Evangelio que: "Cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: "Maestro bueno, ¿Qué haré para heredar la vida eterna?" Jesús le contestó: "¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre" Él replicó: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño". Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: "Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme". Mc 10, 17-21.

Hermanos, muchos corremos para vivir un encuentro con Jesús para encontrar en Él seguridades para lograr la salvación; y como el joven del Evangelio, le decimos que hemos cumplido al pie de la letra todos sus mandatos y creemos que con lo hecho, hemos logrado un gran gran capital espiritual.

Jesús nos escucha atentamente y nos aclara: ¿Qué has hecho por tus hermanos más necesitados?

Nos preguntaríamos entonces: ¿Seremos capaces de entregar nuestra vida por el servicio a los demás? ¿Cómo le puedo responder a Jesús sobre mi experiencia cristiana viviendo en un mundo que busca solo el bienestar personal? 

El llamado que nos hace Jesús hoy es a vender esas posiciones que nos mantienen atados y encarcelados para así vivir nuestra propia identidad cristiana. No podemos olvidar que esa es la voluntad de Dios: Actuar con amor y generosidad hacia los más pequeños, los necesitados.

Señor, líbranos de todo apego para poderte servir con alegría y gozo; queremos entregarte todo aquello que se interpone a una relación continua contigo, ayúdanos a  tener intimidad, a tener la certeza que  tu presencia nos basta y nos da fuerzas para confiar plenamente en tus promesas buscando tu Reino y tu justicia, todo lo demás será añadido.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:39 a.m. | Permalink |


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