martes, febrero 25, 2025

"Encomienda tu camino al Señor, y Él actuará"...Salmo 37.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 25 de Febrero del 2025

Jesús utiliza la imagen de un niño para ilustrar su mensaje. Una lección de humildad que nos ayuda a reflexionar sobre como estamos construyendo nuestra vida diaria y cómo tratamos a los demás. En un mundo que valora el poder y el prestigio, Jesús nos muestra que la verdadera grandeza se encuentra en la humildad y el servicio desinteresado. 

El Evangelio de hoy tomado de Mc 9, 30-37 nos presenta a Jesús preparando a sus discípulos para los momentos que vivirán: Su muerte y además, les da una enseñanza sobre La Humildad para llegar a ser Verdaderos Servidores.

Dice el texto del Evangelio que: "Jesús atravesaba Galilea junto con sus discípulos y no quería que nadie lo supiera porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía: "El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará". Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle. Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntaba: "¿De qué discutíais por el camino?" Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí quién era el mayor. Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo: "Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos". Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo: "El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado". Mc 9, 30-37.

Lo que Jesús les anunciaba sobre su muerte, no era entendido por los discípulos y ellos, tenían miedo de preguntarle. Se dedicaron entonces a discutir de quien entre ellos sería el mayor en los puestos del Reino. Se notaba claramente la ambición de lograr un puesto de privilegio. 

Hermanos: El Servicio es lo más grande e importante en quienes siguen las huellas de Jesús. Servir, es inclinarse ante algo pequeño como un niño.

Un niño es un ser débil y humilde que no posee nada, no tiene ambiciones, no conoce el egoísmo ni la envidia y no busca puestos de privilegio. 

La humildad da fuerza y abre las puertas qué Dios nos tiene para que vivamos en el Reino de Dios y Jesús nos lo enseña así: "Sean mansos y humildes de corazón".

Señor, danos la inocencia de un niño que confía plenamente en su padre. Tú nos invitas hoy a estar contigo en la oración para transformar nuestros corazones y, así, poder salir de mí mismo y servir a los demás. Permite que sepamos responderte siempre. Ayúdanos a ser los últimos y servidores de todos, especialmente en nuestras familias.
 
posted by Laureano García Muentes at 4:27 a.m. | Permalink |


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