¡“VEN Y SIGUEME” !

Le dice Jesús a sus discípulos y hoy también te lo dice a ti.


¿Estas dejando a Dios constantemente con la palabra en la boca, sin darle la oportunidad a que te exponga lo que te tiene preparado?

Cuando le des una respuesta positiva a su llamada, es signo de ya te estas formando en una vida vocacionada, es decir, quieres ser su discípulo, has comenzado tu proceso de vivir unido a Él, ya quieres defender sus intereses, es decir, su Obra Salvadora y estas siendo disponible con plena libertad para desempeñar tareas de servicio con tu prójimo.



Todos los seres humanos estamos llamados a edificar el reino de Dios mediante el servicio, la hermandad, la fraternidad, la solidaridad, construyendo la Justicia y brindando el amor que hemos recibido gratuitamente de Dios en la comunidad.

Todo tendrá un sentido y una vitalidad, cuando nos constituyamos como un grupo de personas ( hombres y mujeres ) que se ponen de acuerdo sobre una misma naturaleza y afinidad, que quiere compartir unos ideales comunes, unos espacios comunes, siguen un carisma y una espiritualidad especifica, quieren relacionarse y conocerse en lo más profundo de la persona y como tales, tienen la seguridad de aceptarse a vivir como hermanos.


Brindarles a todos los que a nosotros se acercan un proceso formativo en los valores del Reino de Dios, para que estos se traduzcan en criterios y virtudes que ayuden a construir nuestra identidad es el fin de nuestra Misión.

ACERCATE Y COMPARTE TUS CRITERIOS Y ACTITUDES CON NOSOTROS.
SOMOS SALVATORIANOS COMPROMETIDOS SIN LÍMITES NI RESERVAS CON UNA SOLA INTENCION: “AMAR Y SERVIR” PARA TODOS LOS HOMBRES NOS
AMEMOS COMO HERMANOS PARA LA“MAYOR GLORIA DE DIOS”.