domingo, diciembre 21, 2008
FELICIDADES EN NAVIDAD Y EN EL NUEVO AÑO 2.009
 
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miércoles, diciembre 17, 2008
EN LA NAVIDAD JESÚS NOS INVITA A SER AUTÉNTICOS

Jesús nos invita a tener autenticidad si queremos celebrar con alegría estas Navidades. Él, nos llama a vencer todo obstáculo que nos impida seguir su camino, enderezando así nuestro corazón desarmándolo del todo orgullo, egoísmo, codicia e infidelidad, arrepintiéndonos y alejándonos de todo placer, siendo verdaderos testimonios de vida para los demás.

Que maravilloso sería que hoy todos nos preguntáramos si así como hoy vivimos la vida estamos siendo aliento, luz y motivo de alegría para los demás, si sabemos ser personas sinceras, francas, humildes, insobornables. Si damos buenas noticias a los que sufren vendándoles sus heridas y enjuagando sus lágrimas.

La llegada de Jesús ha de ser una fiesta para cada uno de nosotros; Él nos trae las fuerzas necesarias que necesitamos para liberarnos de todo lo que nos mantiene atados, mediante su justicia, su amor y su paz. ¿Qué más podremos pedirle?

Es tiempo de reconciliación y el momento propicio para que allanemos nuestros caminos, procediendo ante el Señor con dignidad y honradez.

En el Evangelio de San Juan Cáp. 1. 6-8, 19-28, Juan Bautista pregonaba la necesidad que tenemos los hombres para abrir el camino, haciendo que nuestra vida sea comparable con un sendero transitable, sin huecos, con rumbo y destino; y nos previene, a estar unido a Dios ya que si de Él nos separamos, nuestra vida sería una catástrofe.

Juan Bautista nos invita a ser testimonios ante el mundo de la luz que está por surgir en el pesebre que hemos estado arreglando en estas cuatro semanas de Adviento, invitando con nuestras palabras y acciones a los demás para cambien y hagan lo mismo que nosotros hacemos.

Ser testigo significa ser fiel y responsable ante otros de lo visto y oído, si así damos a resplandecer la verdad única, seremos unos verdaderos cristianos que siguen las huellas del Maestro libertador que nos instruye y acompaña para siempre; es aceptarle en el corazón y proclamar al mundo sin miedo o temor su verdad, el deber y la injusticia que cometen aquellos que se creen más fuertes que los demás, aunque se rían de nosotros.

Oremos pues con perseverancia y demos gracias a Dios por sentirnos hoy felices por su llegada a cada uno de nosotros.

EL SEÑOR NOS GUARDE Y CONFORTE EN ESTE TIEMPO DE ADVIENTO Y PODAMOS JUNTOS CELEBRAR CON ALEGRÍA EN EL CORAZÓN LA NATIVIDAD DEL SEÑOR.

LES DESEO A TODOS Y CADA UNO DE LOS LECTORES DE QUERIDOS SALVATORIANOS UNA NAVIDAD LLENA DE LAS GRACIAS DEL SALVADOR Y QUE EL PRÓXIMO AÑO 2.009 SEA UNA LUZ NACIENTE DE ESPERANZAS PARA TODOS.

REANUDAREMOS EL DÍA 12 DE ENERO DEL 2.009 PARA INICIAR JUNTO A USTEDES UN NUEVO AÑO DE RENOVACIÓN Y VIDA ESPIRITUAL.
 
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sábado, diciembre 13, 2008
JESÚS NACE PARA VIVIR Y REVITALIZAR LA ESPERANZA

La navidad nos ha de acercar a todos los hombres en el mundo a la vivencia plena del acontecimiento salvífico, autentico y esperanzador que nos da Jesús, al nacer y vivir entre nosotros.

Su envío como Hijo de Dios, nos ha de llenar de esperanza y revitalizar nuestras vidas haciéndola dinámica hacia la transformación de nuestro espíritu y de esas realidades ficticias que nos hemos fundado y apegado tanto en el corazón y que nos alejan de Dios.

La Natividad de Jesús cada año, además de una celebración universal, es un tiempo especial de gracia que nos regala la Iglesia de Dios para que de verdad nos hagamos discípulos auténticos de Jesús y con Él en nuestras almas, vayamos generando cambios en nuestra vida personal y de familia, de tal manera, que sea testimonio de fraternidad, signo de unidad y prospere en la fe, el perdón y la reconciliación.

El tiempo de adviento está centrado en rehacer la esperanza del hombre y en la preparación de su interior para que en su corazón su fe se fortalezca.

Somos muchos los que quizás nos preguntamos: ¿Cuando miramos el mundo actual, lleno de violencias, mentiras, placeres sin sentido, lágrimas, sufrimientos, será que es posible atrevernos a decir que el Señor sigue ahí incesante y silenciosamente viniendo a este mundo?

Quienes así lo afirman parece que les hace falta mucha fe para decirlo. Sin embargo, los que seguimos a Jesús tenemos que afirmarlo y creerlo. Sí, el Señor viene poco a poco, muy misteriosamente. No viene todavía como juez; esto será al final de los tiempos. No viene tampoco como un simple galileo, como la primera vez. Viene como el Resucitado, que lleva a cabo en los hombres su obra de salvación.

Jesús viene en la suavidad y la paciencia, sin nada de espectacular, en un respeto total a cada uno de nosotros. Sin ninguna violencia, sin astucia, sin privar a nadie de su libertad, logra de una forma maravillosa venir poco a poco al corazón de los hombres. Es una formidable partida que se juega, en la que Dios se muestra en su mansedumbre, su perseverancia, su conocimiento del corazón humano. Lo que un hombre deshace por la violencia, otros, llamados por El, lo construyen mejor en la paz. Lo que un hombre destruye por sus excesos, otros, llamados por El, lo rehacen con la fuerza del amor.

Que el espíritu alegre y fraterno con el que vivimos la Navidad sea la contraseña que nos haga comunicar y vivir el amor de Dios en medio de toda desesperanza.

SEÑOR, TU NACIMIENTO NOS INVITA A COMUNICAR LA VIDA Y EL AMOR A TODOS AQUELLOS QUE AÚN NO TE CONOCEN.
 
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martes, diciembre 09, 2008
INVITACIÓN AL BABY SHOWER

Existe una bella costumbre en algunos países del mundo que llama bastante la atención. Se llama el baby shower. Consiste básicamente en preparar la venida de un bebé, a uno o dos meses de nacer. Las amigas de la madre se reúnen con ella y le hacen obsequios que le serán útiles al niño: ropa nueva, cascabeles, juguetes, biberones, etc. Se trata de tener todo listo para darle el mejor recibimiento al bebé, aún no nacido. Obviamente además de esto, la gente felicita a la madre y el festejo sirve de pretexto para reunirse.

Lo interesante de esta tradición es que esta gente de hecho, cree que lo que está dentro del cuerpo de la anfitriona del festejo es mucho más que un cúmulo de células o un organismo fruto del caso. Si no, sería absurda la reunión, el color de ropa que se regala, el estilo de juguetes que le llevan… Y es que en cierta manera el niño ya está presente aunque todavía no nazca.

A los cristianos en Adviento nos sucede algo parecido. Nos preparamos también para recibir del mejor modo posible a un bebé, al Verbo hecho carne, al Niño Jesús. Es verdad que no nace de manera visible, pero no por eso deja de ser real. El misterio de Belén se actualiza, y aunque parezca increíble ¡podemos recibir las mismas gracias que los pastores hace dos mil años cuando adoraron al Niño en Belén!

La preparación del cristiano a este evento tan especial no debe ser menos vasta y detallada que la de los baby showers. El lugar no es ya un establo, sino nuestro corazón. Y por ello somos nosotros los responsables de que el lugar esté a la llegada de Cristo, lo más digno posible.

Hay que pensar en todo. Especialmente en quitar y sacar todas esas cosas que yo sé que incomodarán al niño, y colocar las que darán comodidad y alegría a la Sagrada Familia. Tal vez hay alguien que todavía está esperando que le pida perdón y me reconcilie con él, o alguien necesita mi ayuda y compañía. A lo mejor mi esposa o esposo lleva mucho tiempo esperando más cariño y yo sin ninguna malicia ni siquiera me había dado cuenta. Quizás debería ser un hijo más responsable, un estudiante más dedicado, un novio más respetuoso, un amigo más incondicional… Todas estas cosas y muchas otras son las que preparan el Belén interior.

Es verdad que no es la primera Navidad que vivimos. En cierto sentido también como en el baby shower, el Niño, Cristo ya está presente en mi corazón. Pero no nos dejemos llevar por la rutina navideña: la gran tentación es dejar pasar un año más, sin llegar bien preparado a la Navidad. Y es que la maravilla de las fiestas litúrgicas es que son mucho más que simples aniversarios. Dios cambia la vida cuando uno las vive como las tiene que vivir. Esa virtud que llevo años sin conseguir puede llegar con el Niño la noche del 24. Sólo necesito recibir bien al Niño, y lo demás llegará casi sin darnos cuenta. Es una oportunidad para descubrir algo nuevo en ese Dios que se muere por encontrarse conmigo, a pesar de que yo le saque la vuelta.

Que esta Navidad no sea sólo un motivo para reunirme y festejar con otros. El cristiano vive la Navidad no como un simple espectador más, sino en primera fila y con invitación especial. Para eso nos ayuda el Adviento, el baby shower del cristiano: para recordarnos que tenemos que preparar nuestro corazón y tenerle todo listo al Niño cuando llegue.

Tomado de Virtudes y Valores- Catholic.net
 
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sábado, diciembre 06, 2008
CON JESÚS EN EL CORAZÓN NOS SENTIMOS FUERTES PARA ENFRENTAR LA VIDA

Al levantarnos cada día y darle gracias a Dios, Padre Celestial y dador de la vida, va generándose en nuestro interior sentimientos que fortalecen la seguridad y la confianza por lo que se vive y hay que vivir.

Testifico que Él nos da seguridad porque, si creemos firmemente, Él va nuestro lado como lo prometió, acompañandonos y ayudandonos permanentemente a seguir el camino de manera erguida y sin mirar atrás, confiándonos las promesas del Reino para que coloquemos sin dudar en sus manos nuestra vida a sabiendas que es así, junto a Él, donde nunca vamos a quedar defraudados.

Si no dudamos un instante, Él nos va haciendo fuertes guerreros que luchan contra todo viento impetuoso y donde nunca, nos va a dejar derribar por más enérgica que sea su fuerza.

Tener confianza en Él es llenar nuestros vacíos y dejar que vaya sanando en lo más profundo las heridas que desgarran el corazón.
Es dejar que nos haga idóneos para rehacer la vida y convertirla en un verdadero testimonio de su amor para los demás.

Orar al levantarnos significa descubrir pues, la inmensidad de esas situaciones positivas que circundan a nuestro alrededor, como también, notar las hostilidades y vicios que hay en nuestro entorno y que con Él, fuente de fortalezas, vamos a enfrentar y vencer.

Que bueno es estar al lado de Jesús, su amor por nosotros es inmenso y misericordioso. Sepamos que a cada momento necesitamos de su ayuda y que las batallas que han de venir no la podemos enfrentar solos. Unámonos fuertemente a Él y experimentemos a cada instante su amor sanador.

Recordemos que Él solo no puede hacernos libres de toda atadura, requiere también de nuestros esfuerzos y firmezas en tomar las decisiones que han de ser radicales. Por ello, hay que prepararnos para enfrentarlo todo con inteligencia, esfuerzo, disciplina y asumiendo los valores que pregonó.

Tengamos seguridad y confianza porque sin Él en nuestras vidas todo se tornará difícil y absurdo, las batallas a enfrentar serían crueles, los problemas nos asfixiarían, perderíamos el sentido de la vida y lo peor, desaprovecharíamos su confianza.

SEÑOR, TU ERES FUENTE DE VIDA Y DE ESPERANZA, BENDICENOS HOY Y SIEMPRE.
 
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miércoles, diciembre 03, 2008
JESÚS PIDE QUE NOS HAGAMOS PEQUEÑOS ANTE LAS GRANDEZAS HUMANAS

En los Evangelios, Jesús crítica a quienes buscan solo honores y prestigio, aparentando lo que no son. Ese comportamiento, no tiene cabida dentro del grupo de aquellos que desean sinceramente seguir detrás de Él, alcanzando sus huellas.

Su señalamiento es muy claro cuando manifiesta que tanto a los arrogantes como a los orgullosos les pedirá cuenta sobre su gestión adelantada por enaltecer el Reino en la tierra y les requerirá tajantemente ceder el puesto que ostentan a los humildes y sencillos de corazón y que se esfuerzan día a día por trabajar entregando su amor a los demás.

Hoy los invito a que reflexionemos sobre nuestros comportamientos porque nada nos aleja tanto de nuestros hermanos y de la presencia de Dios como lo es el actuar con altanería y el querer competir para ser más que el otro.

Actuar con humildad parece ser una actitud que no es bien apreciada por la sociedad porque a muchos son los que les indigna esos comportamientos y por el querer siempre seguir allí anclados en ese pedestal que se han venido creando en su mente y corazón de querer ser superiores a los demás. Se olvidan que la sencillez y la sinceridad son virtudes que ganan corazones.

¿Cuantos somos los que en el mundo idolatramos nuestra propia imagen, nuestro prestigio, poder, dinero, y hasta nuestra propia dignidad? Confundimos esos “poderes” para hacer creer ante la sociedad y los demás que somos superdotados y que estamos con ellos prestos y preparados para ocupar los primeros puestos.

En el sermón que dio Jesús en el monte (Las Bienaventuranzas), pudo darse cuenta de que una cosa era el cambio y otra la reforma, y acogió el primero. Cambiar es construir la realidad sobre cimientos nuevos, hacer nuestro edificio con bases nuevas y desde lo más profundo del corazón.

Existe desde hace muchos años un orden establecido en el mundo basados en el prestigio, el poder y el dinero; al cual Jesús pide abandonar para optar unas buenas relaciones con todos, compartiendo, sirviendo y sin ostentar.

Vivir las bienaventuranzas es vivir el orden nuevo que se propaga dentro de la sociedad como la formula perfecta que conduce a la felicidad verdadera.

JESÚS HOY NOS DICE: BINAVENTURADOS LOS QUE HOY VIVEN PERSEGUIDOS POR SU FELICIDAD, PORQUE ÉSOS TIENEN A DIOS POR REY.
 
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